Por Elianne E. González
Desde hace ya varios años, hay una creciente tendencia a buscar formas de alimentación más sanas, menos químicas, más naturales y esto ha dado pie a la gran industria de lo orgánico. Y no se le puede quitar mérito porque todos queremos lo mejor para la familia. Pero la verdad es que muchos de estos productos pudieran parecer -y ser- más costosos que los regulares. Por lo que hay que saber qué estamos comprando para ver si amerita pagar más al respecto.
Gracias a una ley de 1990, los productos que pretendan llamarse orgánicos tiene que cumplir con ciertos requisitos y hay cuatro grandes grupos que pueden aparecer en las etiquetas de venta de estos. Están los llamados “100% orgánicos” (“100% Organic”). Luego, está la calificación de “Orgánicos” (“Organic”) que deben ser hechos con un 95% de productos orgánicos, luego si tiene menos del 70% de estos productos deben decir “Hecho con productos orgánicos”, y si tienen un contenido menor de productos orgánicos del 70% deben decirlo también (“Less than 70% Organic Products”).
El asunto es que hay muchos productos que pueden llamarse a sí mismos “naturales” o como en el caso de los huevos “free range chicken eggs”, huevos de gallinas que no están enjauladas, y no ser productos orgánicos. Para que un producto pueda llamarse orgánico, no puede ser cultivado o elaborado con conservantes, aditivos, edulcorantes artificiales, así como tampoco usar fertilizantes y pesticidas químicos, grasas hidrogenadas o el uso de hormonas STB (de crecimiento), en la cría de animales. En el ejemplo anterior de los huevos, el que los animales no estén enjaulados no garantiza que no hayan sido tratados con hormonas de crecimiento o que se les haya criado con alimentos que fueran orgánicos, sin químicos o sin pesticidas químicos. Por lo mismo, cuando vayas a comprar un producto orgánico que sea más costoso que uno no orgánico, lo primero que necesitas cerciorarte es que realmente estés pagando por un producto que lo es y la diferencia lo amerita. No solo que lo pretende.
Aquí te damos recomendaciones para identificar los productos alimenticios orgánicos y unos consejos de ahorro.
Legumbres, Verduras y Frutas: Al no poder ser tratadas con pesticidas o fertilizantes químicos estos productos pudieran tener una vida útil más corta, así que es preferible comprarlos lo más cerca del agricultor como sea posible. Por lo general, los agricultores dedicados a esta rama se agregan a cooperativas para servir más rápidamente sus productos. Averigua en tu zona si hay un mercado de agricultores y qué días venden al público. Es posible que sea en el fin de semana y además te sirve de paseo. Algunas cooperativas te permiten “recolectar” tus propias verduras, una actividad que hecha de vez en cuando es entretenida, sobre todo para los niños. Otras cooperativas hacen entregas a domicilio para una urbanización o un grupo de familias que hagan una orden conjunta, etc. Puedes usar el directorio de la página www.Local Harvest.org en la que puedes localizar tiendas, cooperativas, mercados de agricultores, granjas y hasta restaurantes que tienen productos orgánicos.
Cereales y Pan Orgánico: Otro producto muy buscado en su versión orgánica es el pan puesto que tiene un alto contenido nutritivo y no puede llevar aditivos, ni azúcar, ni huevo ni leche lo que también los hacen aptos para otros propósitos como para personas diabéticas o quienes sufren de alergias a los otros ingredientes y que en estos productos no los encuentran. La mayoría de estas panaderías son artesanales y se precian mucho de esto. El truco es encontrar aquellas cercanas a tu casa para no pagar más de lo necesario. Encontrarás un directorio de panaderías que usan productos orgánicos y producen panes orgánicos en: http://www.ecobusinesslinks.com
Leche y Productos Lácteos Orgánicos: Este es el sector de mayor crecimiento industrial de productos orgánicos puesto que requieren de refrigeración y de un manejo adecuado para llevarlos frescos a la mesa. Debes saber que para que la leche sea considerada orgánica ésta debe estar libre de hormonas y antibióticos, y las vacas productoras deben de ser alimentadas en praderas naturales que sean cosechadas sin pesticidas y sólo como cultivos orgánicos. Un buen sitio donde buscar distribuidores de productos es la Asociación de Negocios Orgánicos o Organic Trade Association (www.ota.com) que posee un directorio de productores y distribuidores de todo tipo de productos orgánicos en su sitio web.
Café, Aceite y Vino: El café, como el té, para ser considerado orgánico también debe ser cosechado a mano y es uno de los productos que más aceptación ha tenido entre los pequeños empresarios que los están implementando y ofreciendo en sus tiendas, por lo que para encontrarlos seguramente necesitarás hacer una visita a la tienda de café especializada de tu vecindario. También la organización OTA ofrece un programa que llaman Organic Coffee Collaboration. El vino sin embargo, aún no es un producto muy popular porque su calidad es inestable. Entre los productos orgánicos, este es el único que no ofrece una certificación “100% orgánico”. De hecho, para los productos “95% orgánicos”, la legislación permite que contengan 100 ppm de sulfitos añadidos.
¿Cómo Ahorrar Dinero En Un Producto Orgánico?: Usando los trucos que usamos para ahorrar en todo: comparar precios y calidad, comprar al granel o compartiéndolo con otras familias, comprar las cosas que están en temporada, usar cupones y afiliaciones a clubes de compra, particularmente de tiendas especializadas.
Por último, si tienes espacio físico en tu casa, a lo mejor podrías considerar de sembrar algunos vegetales que sean de tu gusto, en lugar de matas o flores. Si las cuidas con la filosofía orgánica, no usas fertilizantes químicos ni pesticidas, este puede ser un hobby entretenido y ahorrativo. Comienza con hierbas como perejil, cilantro, albahaca, tarragón o romero. Los tomates, lechugas, rábanos y coliflor son verduras muy agradecidas y crecen con poco cuidado. Además, sabe muy diferente comerse un tomate recién sacado de la mata que del supermercado. Otra forma de aprovechar todo en tu jardín es generar tus propios nutrientes de la tierra con los residuos de hojas y otros productos orgánicos como fertilizantes.
Fuente: MSNlatinos